El fue el más grande, y hoy en día, todavía sigue siéndolo. No hay ni hubo, y augurando muy a la ligera, habrá un músico con tanto talento como el Profesor Duke Ellington. El maestro de la melodía dinámica, el mago de las notas más exuberantes, el medidor de los mayores músicos que han llegado a pasar por el mundo tan grande y exquisito como es el del Jazz. ¿Que podría llegar a decir del gran Duke que hoy en día no se haya dicho? Pues que para mi, aunque pasen los años, sus notas siempre se quedaran enclavadas en cualquier rincón de la vida, ya sea bien con una gran orquesta, o en este caso. Con la compañía de un dúo de músicos, formando un trío. Los cuales nos llegan a regalar un suculento pasaje de melodías suaves y profundas. Siempre encaradas por el sonido del piano. Un piano; que aunque hoy en día suene a el estilo más clásico, en su día marco toda una revolución musical. Querid@s amig@s, Duke Ellington.
Duke Ellington nunca llego a concebir una vida sin la presencia de las notas musicales dentro de ella, y así fue. Muriendo encima de un escenario, llegando a dar shows hasta los últimos días de su vida, donde más allá de ella, su música nunca dejo de parar. Nunca dejo de alimentar a las nuevas promesas que vieron y que hoy en día aún siguen viendo en el Profesor Ellington, al más grande de todos los compositores y músicos que tuvo la música clásica del siglo XX, el Jazz.
Este post se lo dedico a mi Godfather, The Duke, el más grande de toda la blogsfera.
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